Una película desgraciadamente actual que trasmite toda la esperanza que podemos perder al escuchar las noticias sobre el cambio climático.
La música juega un papel esencial en la película: música de acción, música húngara, coros, pianos y trompetas que acompañan la imagen sin entorpecer la acción, decorando la trama y ambientando una película actual y esperanzadora.
Para terminar, señalar el papel del granjero. Fuera del papel estereotipado que uno se podría imaginar, es un personaje tierno y feminista: No duda ni un momento en ayudar a nuestra protagonista, su perra se llama Woman y cuando se entera de que la protagonista va a adoptar una niña húngara dice que los húngaros son muy trabajadores. Después de una pausa añade: “Y las húngaras también”.
Benedikt Erlingsson, 2018 |